“D. Manuel de Figuerola” de Martí Alsina
Los apuntes, esas pequeñas notas que todos los artistas hacen para mantener la agilidad manual o para hacer las pruebas previas a la realización de una obra definitiva, pueden ser pequeñas obras de arte. Los hay en grandes cantidades y nos ayudan a acceder a la intimidad de los creadores.
La mayoría no están firmados. Por esto, al morir los autores, los herederos suelen encontrar una gran cantidad de obras sin firma, en algunos casos con fecha y suelen optar por sellarlos. Es por ello que el mercado nos ofrece obras de Fortuny, Martí Alsina, Gosé, Canals, Matilla, Mir o Smith con la firma sellada.
Defiendo firmemente el dibujo. Tengo vivo el recuerdo de algunos galeristas que, cuando sus artistas les mostraban obras en soporte papel les decían: “¿Sabes qué? El papel lo vendes tú”. Lo consideraban un arte menor; el “prêt-à-porter” del arte mientras que ellos se dedicaban exclusivamente a la Alta Costura, que era, para ellos, exclusivamente la pintura sobre un soporte “noble” que excluía el papel.
Pero el dibujo tiene la misma grandeza que las demás técnicas de expresión. Ya a finales de 1899 Ramon Casas había organizado una exposición en la Sala Parés de Barcelona para presentar la revista Pèl & Ploma donde, además de ventisiete óleos, mostraba sesenta y un dibujos más ciento trenta y dos retratos al carbón de distintas personalidades públicas. Casas defendió el dibujo y convenció al Sr. Parés de la dignidad de esta técnica.
Creo que el dibujo es la verdad del artista, allí donde él es más directo. Algunos destacan como dibujantes más que como pintores, e incluso algunos se consideran directamente dibujantes como Josep Subirats quien pidió que en la lápida de su tumba, bajo su nombre constase: “dibuixant” (dibujante).
Joaquim Mir, el gran pintor, siempre aconsejaba a sus discípulos: “Tú dibuja, dibuja y dibuja, y después intenta pintar”.
Y, además, el dibujo es la forma de arte que el mercado nos ofrece de manera más asequible, puesto que en nuestro país todavía no disfruta de la acogida que tiene en el resto del mundo. Por ello, exceptuando los grandes artistas con mercado mundial: Picasso, Miró, Dalí, J. Gris, Torres García, J. González… y algunos más como Sorolla, Fortuny, Casas, Rusiñol, Gutiérrez Solana, a los que se podría añadir algunos nombres como X. Nogués, X. Gosé, M. Andreu… que ya empiezan a ser apreciados, los demás están al alcance de muchos bolsillos.
La mayor parte de los grandes modernistas, novecentistas y artistas de las nuevas vanguardias, así como los grandes ilustradores y los creadores de cómic, son una excelente base para iniciar el apasionante camino del coleccionismo.
Me permito aquí una alerta: la mayoría de casas de subastas presentan los dibujos de manera poco respetuosa, y algunas de ellas los ofrecen con atribuciones dudosas y en bastantes casos más falsas que Judas.