Francesc Mestre

Galerista y publicista. Ha dirigido varias galerías de arte como la Sala Adrià o la galería René Metras y, desde 2001, la galería Francesc Mestre Art. Ha sido marchante de Guinovart, Ràfols Casamada, Erwin Bechtold, Artigau o Serra de Rivera, entre otros.

GARANTÍAS

GARANTÍAS

“La Mosca” de Josep Coll

Antes de adquirir alguna obra de arte que les pueda interesar, asegúrense de que ofrezca unas mínimas garantías de autenticidad así como de buena procedencia, pero aún antes de esto hay un aspecto fundamental que siempre debe prevalecer.

Este primer filtro es el de mirar la obra. Mirarla bien y pensar si aquello que le están ofreciendo le interesa realmente, si ve lógico el precio ofertado. Lo digo así dado que a menudo el argumento es que la oferta es una gran oportunidad, el precio es una “ganga”. Conozco algún coleccionista poseedor de una colección de obras mediocres que a su vez presume de los bajos precios de adquisición.

Es fundamental la confianza con el vendedor, por supuesto en su honradez pero especialmente en su profesionalidad y en su olfato. Déjense aconsejar y guiar por los galeristas y anticuarios acreditados. Suelen pertenecer a alguna asociación de prestigio pero, por encima de todo, recelen de los vendedores “ocasionales” que suelen presentarse como “entendidos”.

El sector artístico tiene una gran dependencia de las personas y entidades que garantizan de forma creíble la autenticidad de cada obra. Cabe considerar el hecho de que una obra esté firmada no es ninguna garantía, como tampoco el hecho de hallar una firma apócrifa significa necesariamente la falsedad de la misma.

Durante mucho tiempo algunos profesionales convinieron en consagrar a un restaurador de pinturas como el certificador oficial de todo el arte que se había creado en el mundo mundial. Este señor extendía un documento en el dorso de una fotografía, en el que, tras enumerar sus méritos, manifestaba su opinión; es decir que no adquiría ningún compromiso. Por la emisión de este documento, cobraba una sustanciosa cantidad a la que añadía el IVA correspondiente, puesto que emitía una factura legal.

La mayor parte de los grandes artistas del siglo XX con cotización internacional disponen de entidades más o menos respetables que velan para que se mantenga el prestigio de cada uno de ellos. Suelen promover que se les consulte para de este modo mantener la garantía e incluso favorecer la creación y actualización de catálogos razonados. Algunas de estas instituciones incluso emiten los certificados correspondientes con carácter gratuito, mientras que en otros casos los herederos de algunos artistas han constituido un “modus vivendi”, cobrando los certificados a precios de verdadera extorsión.

Y, finalmente, en algunos casos el contratiempo aparece porque el artista, aún conociendo la autenticidad de la obra que se le presenta, se niega a extender el correspondiente certificado ya que desprecia obras que había realizado en el pasado. En contraste con esta actitud, quiero valorar la de Antoni Clavé, quien de vez en cuando certificaba obra suya haciendo constar que se arrepentía por haberla realizado.

Francesc Mestre Bas

Barcelona, agosto 2020

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