Francesc Mestre

Galerista y publicista. Ha dirigido varias galerías de arte como la Sala Adrià o la galería René Metras y, desde 2001, la galería Francesc Mestre Art. Ha sido marchante de Guinovart, Ràfols Casamada, Erwin Bechtold, Artigau o Serra de Rivera, entre otros.

JOSEP HURTUNA: DEL NOUCENTISME AL INFORMALISMO GEOMÉTRICO

JOSEP HURTUNA: DEL NOUCENTISME AL INFORMALISMO GEOMÉTRICO

Josep Hurtuna. “Composición”, ceras, 36,5 x 51 cm.

La Sala Parés está organizando una exposición retrospectiva del pintor, dibujante y grabador Josep Hurtuna i Giralt (Barcelona 1913 – 1974), y creo que vale la pena detenernos a conocer a este artista que podríamos situar como una bálua entre dos generaciones claramente diferenciadas: la noucentista y la de las vanguardias.

Hurtuna era unos 15 años menor que la mayor parte de los que figuran en el libro de Joan Merli 33 pintores catalanes, publicado por la Generalitat en 1937, y 15 años mayor que los de la generación de los años veinte. Respecto a estos últimos, él tenía ventaja: ya había estado en París en 1935 y, por lo tanto, había convivido con el nuevo lenguaje plástico de la Europa de principios del siglo XX.

Vivió la guerra desde dentro, desde el frente, y formó parte del grupo de artistas que buscaban nuevos caminos de expresión artística. Por eso, se unió al Grupo Lais (1949) que formaba, entre otros, Mª Jesús de Solá, Santi Surós, Planasdurà y Ramon Rogent, y que crearon el Manifiesto negro, donde se criticaba que: “la falta de revistas y otros medios de intercambio y expresión, están convirtiendo el arte de nuestro país en un producto manso, industrializado y muerto”.

Hurtuna participó en siete de los diez Salones de Octubre (1948-1957). Resulta muy interesante la visión de su evolución en estos años. Exponía regularmente en las Galerías Syra en Barcelona entre 1944 y 1950, y después en la Sala Vayreda; pero también en Nueva York, Roma, Madrid, Santiago de Chile, Buenos Aires y en la Bienal de Venecia de 1952, así como en la Bienal Hispanoamericana de Madrid.

Yo lo llegué a conocer poco antes de su muerte. Era un hombre discreto, más bien tímido. Vestía americana y corbata en contraste con calzado deportivo, que hacía pensar que sufría de los pies. Transmitía mucha convicción y firmeza con respecto a la importancia de su obra. Ahora que he contribuido a organizar esta retrospectiva, me alegra haber ayudado a realizar su sueño: ser reconocido en su casa.

Francesc Mestre Bas

Barcelona, febrero 2022

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